Con Brigo me encontré en las plataformas de música. En Spotify, para ser precisa, un día que me llegó un comunicado de prensa. Sonaba a rock bien hecho, como muchas otras bandas chilenas que hoy están pegándole al palo con un sello propio y calidad musical. Pero otra cosa es con guitarra y cierto es que, en tiempos de Netflix, la tecnología hace magia. Había que verlos en vivo.

El show de lanzamiento del disco «Secuencias» en Bar de René, parecía ser ese día. Más allá del olor a cerveza rancia de un lugar sin ventilación, olía a un buen panorama, tanto por quienes los acompañaban a abrir el show: Ciudadanos y toda su potencia grunge; como por el local, un espacio importante dentro de la escena rock, con larga trayectoria (desde 1996) y que -sin exagerar- había sobrevivido a la pandemia.

Podría haber sido una postal perfecta, pero el show comenzó dos horas más tarde por decisión del bar. Impresentable para artistas, público, prensa y gráficos. Personas que habían pagado $10.000 por la entrada, se tuvieron que ir. Pero lo que perdieron no fue la plata, fue el show.

Ciudadanos, Bar de René.

Ya en el escenario, y con todas las vicisitudes del sonido de bar con esencia rockera, la banda logra plantarse como suena en Spotify. Guitarra, bajo y batería bastan para reventar el espacio con alevosía. Y mientras suenan, pienso cómo muchxs artistas se pierden dentro de una industria que poco aplaude a los más emergentes y reserva solo para algunos los espacios más populares del circuito. Vuelvo. Cada canción es un mundo y, al mismo tiempo, consigue armar un solo mapa que guía el show y que te desgarra con sus letras e intensidades.

«Violencia» fue una de mis favoritas en vivo. Quizás porque le había dado varias pasadas antes en el mundo digital. Lo cierto es que, a tres metros de distancia, lograba lucir la energía y versatilidad del vocalista, la potencia del bajista y mostrar a un baterista ejecutando genuinamente.

La misma experiencia dejaron «Ángeles» y el resto de las canciones, donde las baterías explosivas y el groove del bajo, sumado a la calidad vocal, no dejaban espacio para cuantificar las horas de ensayo. Los tres integrantes se legitiman en el escenario. Nadie sobra, nadie falta.

Por si fuera poco, la entrada incluía el disco físico de regalo. Deberías escucharlo.